Consejos para prevenir infarto de miocardio y enfermedad cardiovascular Dr. Christian O. Musante Jefe Unidad Coronaria Sanatorio de la Trinidad Quilmes.

01.05.2016 22:36

 

La enfermedad arterial coronaria es la primera causa de muerte, no solo en los Estados Unidos de América y en los países industrializados, sino también en muchos otros países a nivel mundial. La causa fundamental es la aterosclerosis de estos vasos sanguíneos, los cuales son responsables de llevar sangre con suficientes nutrientes y oxígeno a las células musculares cardiacas.

La aterosclerosis es una enfermedad sistémica y progresiva, en particular si la persona padece de enfermedades o hábitos asociados, llamados factores de riesgo coronario. Entre estos factores, los más importantes son: dislipidemia, el hábito de fumar, hipertensión arterial sistémica, diabetes mellitus, inactividad física, obesidad, historia familiar, edad y género.

Estos factores son aditivos, de manera tal que, entre más factores el riesgo de sufrir un infarto agudo del miocardio es mayor. Se estima que aproximadamente un 45% de los infartos, ocurren en personas menores de 65 años y cerca del 30% de las muertes por infarto de miocardio, se dan en personas menores de 55 años.

Se ha demostrado que el control de los factores de riesgo coronario, tiene un impacto significativo en la reducción de la mortalidad por enfermedad arterial coronaria y en la mortalidad total. Por ejemplo, en los Estados Unidos de América, entre los años 1963 y 1990, se logró un descenso de 54% en mortalidad por EAC y de 49% en la mortalidad total.

Es muy importante identificar la presencia de los factores de riesgo coronario, para poder definir el perfil de riesgo un paciente en particular. Esto debe hacerlo el médico de cabecera o especialista en medicina cardiovascular, de manera activa, ya que en la mayoría de las veces el paciente es asintomático o presenta síntomas asociados solo en las fases avanzadas de la enfermedad arterial coronaria.

Es fundamental comprender que la mejor estrategia, para lograr una buena salud cardiovascular, es la prevención, lo cual se logra al tener un adecuado control de los FRC que sean modificables (dislipidemia, el hábito de fumar, hipertensión arterial sistémica, diabetes mellitus, inactividad física, obesidad).

Por ejemplo, se ha demostrado que reducciones de 1%, en los niveles de presión arterial, colesterol y tabaquismo, se asocian a reducción de riesgo cardiovascular de 2-4%, 2% y 0.5% respectivamente. Esto es mucho más importante, si tenemos en cuenta que, la muerte súbita, el infarto del miocardio y la angina inestable, son la manifestación inicial de la enfermedad arterial coronaria , en el 75% de los hombres y en el 50% de las mujeres.

La prevención debe ir asociada necesariamente, a cambios en el estilo de vida (dieta y ejercicio) y si la persona tiene factores de riesgo asociados, estos deben se modificados incluso con medicamentos en muchas ocasiones. Es deseable tener Presión arterial normal, excelente control de la diabetes, niveles adecuados de colesterol y triglicéridos suspensión del tabaquismo.

En los pacientes de mayor riego, además de los medicamentos específicos, según la enfermedad que padecen, es muy importante considerar el uso de medicamentos antiplaquetarios, especialmente la aspirina, la cual ha demostrado reducción de mortalidad significativa, al reducir el riego de formación de coágulos sanguíneos, sobre obstrucciones parciales de las arterias enfermas por aterosclerosis.

En situaciones específicas, en particular en pacientes con mayor riesgo (angina inestable, infarto agudo del miocardio, angioplastía coronaria con STENT) la asociación de aspirina con clopidogrel, durante tiempo variable, ha demostrado claramente, ser superior a el uso de aspirina sola.

Luego de evaluar nuestro riesgo cardiovascular global y coronario en particular, con nuestro médico de cabecera o un especialista en enfermedad cardiovascular, es muy importante planear en conjunto con él, la mejor estrategia de reducción de eventos cardiovasculares